El dildo
Porque mientras me besaba jugaba con mis labios inferiores, acariciaba, entraba, salía, me excitaba y humedecía, hasta el punto de empezar a gemir en su oído, siendo mucho más excitante la penetración vaginal posteriormente, moviéndose y luego quedándose parando mi orgasmos, y, sin que lo esperase, ser penetrada a la vez, suavemente, por detrás, primero con dedos, y luego, cuando los quitó y empezó a moverse, no paró hasta que, sacando un dildo del cajón, lo metió a la vez que me seguía penetrando y yo no podía parar de excitarme más y más, hasta tener orgasmos donde no esperaba...
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