Fantasías saludables sexuales positivas. Blog sin ánimo de lucro

Era agradable ver cómo se cocía la pasta, sentir el calor del fuego y el olor del alimento, mientras estaba apoyada en la repisa de la mesa de la cocina, esperando a que el reloj marcase el tiempo de ebullición, mientras jugabas con mi sexo de mi formas diferentes...

No sabía si se gustarían, y tenía miedo a informarle que tenía el vih, y ser rechazado por ello, en caso de haber una atracción e interés superior. Sin embargo, a la otra parte le gustó, y le informó que estaba informada sobre el Prep, y si  salían juntos, abierta a tomarlo, para evitar errores. Así, tras unas semanas de flirteo y continuidad, adaptación y uso añadido de preservativos de diversas índole, empezaron a vivir el amor corporal juntos.

Teníamos casa, sofá y camas. Taurina, as lcogol, cafeína y teína. Música, televisión, ordenador y DVDs. Teníamos preservativos, se rompieron. Tomé esa pastilla, pareció un aborto. No era plan tener hijos en esas circunstancias, pero sí, antes y después, orgasmos.

Pareja consolidada, feliz y sin ganas de infidelidades, la fantasía suprema. Hay confianza, hay salud, utilizas la píldora y lo hacéis cuando ambos queréis, donde sea, en momentos de día o de noche, en el dormitorio, salón, coche, playa, casa, hotel, villa... Fantasía soñada, no tan fácil, ya que no siempre son fieles en cuerpo, y es algo que no puedes controlar tú (sólo a ti mismo/a)...

Alquilaron una casa con piscina para pasar las vacaciones de verano. Con vallas, limpieza diaria incluida, y cerca de un pueblo que ni conocían. No sabían que lo iban a disfrutar tanto, no sólo para relajarse o hacer deporte, sino porque iba a ser el escenario para sus fantasías sexuales realizables. En la orilla, en trampolín, agarrados a la escalera, apoyados en ella, aferrados al margen, tumbado uno de ellos o aferrados a los  flotadores y, como no exponiéndose al riesgo de sentir sólo piel y agua, ya que ella no se iba a quedar embarazada con la pastilla, y nunca se habian sido infieles. Besos, goce, placeres prohibidos en lo mojado, juegos de niños, noches refrescantes. Todo el placer imaginado, y más... Cómo no, lo recomendaron a amigos y conocidos.

Alquilaron una casa con piscina para pasar las vacaciones de verano. Con vallas, limpieza diaria incluida, y cerca de un pueblo que ni conocían. No sabían que lo iban a disfrutar tanto, no sólo para relajarse o hacer deporte, sino porque iba a ser el escenario para sus fantasías sexuales realizables. En la orilla, en trampolín, agarrados a la escalera, apoyados en ella, aferrados al margen, tumbado uno de ellos o aferrados a los  flotadores y, como no exponiéndose al riesgo de sentir sólo piel y agua, ya que ella no se iba a quedar embarazada con la pastilla, y nunca habian sido infieles, salvando la salud real, pese a haber vivido otras relaciones. Besos, goce, placeres prohibidos en lo mojado, juegos de niños, noches refrescantes. Todo el placer imaginado, y más... Cómo no, lo recomendaron a amigos y conocidos.

Tras el almuerzo, se acostó a echar la siesta. Era verano, y la mujer estaba viendo la película de sobremesa. No es que no la quisiese, cariñosamente, pero se acordó de sus tiempos de juventud, antes de casarse, donde encontró el amor en aquella chica de clase baja, poco ostentosa pero inteligente, con quien sentía pasión y poco pudor en exhibir su amor, sus pasiones, vivir sus deseos, jugar a múltiples juegos...Sus encuentros eran conocidos por todos por ser pura llama en la playa, hoteles, campo... Hasta que la familia le impuso el compromiso con alguien de su clase social, bien posicionada y con mejor reputación y círculo social, aunque los sentimientos de estima eran diferentes, y la pasión, nula. Pero sabía que con la segunda tendría éxito y tranquilidad, y la cuenta millonaria asegurada.  Y tuvo que dejar el amor, olvidarla, no llamarla, pero aún, a solas, fantaseaba con ella, con esa pasión vivida, los planes trazados y lo que quedó por vivir... que nunca vivió en su matrimonio