Esta madrugada

Y en vez de ver al chico rebelde que ya no voy a aceptar, esta noche, puntualmente, ha sido el hombre que me ha abrazado y besado el cuello y los lóbulos, mientras, de lado, susurrando jadeos, jugaba a penetrarme sin llegar a entrar, extasiándome y llevándome al clímax solo con su roce.

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