Fantasías saludables sexuales positivas. Blog sin ánimo de lucro

Porque la noche de bodas era para celebrarla como si fuese (si no era) la primera vez, si no era porque se iba de viaje de luna de miel, y amar y gozar tanto los cuerpos de casados como de solteros, sin compromiso o simples amantes, con todo lo añadido...

Aunque no a quién se lo conté, una cama redonda en medio de una habitación dorada repleta de espejos en las paredes y también en el techo, hubiese sido una fantástica fantasía hecha realidad, visual y placentera.

Era una lástima que a los 30 años ya estuvieran cansados de tanta felación y relaciones sexuales, haber "quemado los cartuchos" había desencadenado una fuerte sensación de odio y cansancio a lo que era orgasmo  y placer, por haberse dejado llevar por la estética y poder, y no haber profundizado en artes amatorias en todos los aspectos, como si besar y lamer fuese de gays y lesbianas...Pero no era tarde y aún podían aprender...

Mientras el auge del sexo anal en todas sus facetas había aumentado, algunas aún nos cuestionábamos crear un protocolo con pautas eficaces para sexo oral adecuado para garantizar unos mejores encuentros sexuales en los encuentros íntimos, aunque claro, no era lo mismo en trabajadores sexuales, sexo por poder, o en la pareja privada...

Hubiese podido ser dulce, placentero y nuevo. Hubiese podido ser en una cama, en un coche o en sofá, bañera, suelo o silla. Hubiese podido ser divertido, intenso, creativo. Hubiese podido ser íntimo. Hubiese podido ser real. A A.S.M.R.86

Porque poder realizar todos los deseos sexuales y complacer a mi amado era uno de los objetivos que tenía, así como verle sentir y tener placer. A JMGT

Porque aunque no era sólo una fantasía hubiera sido formidable que aquél político hubiese gastado dinero en mí comprándome ropa, joyas, complementos y lencería para disfrutar en viajes en donde cada hotel y pensión, o lugar en que deseásemos estar hubiese constsncia y esencia de la pasión, lujurua y placer nuestros en todos los países del mundo... A P.M.P.

A veces el placer era un simple masaje erótico anal con la pareja, en plena intimidad, con gestos que propiciasen la excitación, fuesen manuales, bucales, pectorales y/o conversaciones agradables, excitantes y divertidas, que fomentasen el placer de forma menos conocida, comentada y quizás hasta prohibida recuperando el placer o intensificándolo...

Porque siempre que iban a ese hotel escogían la habitación que tenía doble piso y una cama grande con televisión y baño en la parte superior, como si conviviesen en un dúplex, con un ventanal con vistas a la ciudad, en donde nadie ni de día ni de noche podían ver si fornicaban o no, qué posturas hacían y cuáles no, qué tipo de actos realizaban y con cuáles se excitaban más, cómo se corrían ni en qué día mantenían sus encuentros...