Con la puerta abierta

Tumbados en la cama, tú con slips y yo con los panties, conversábamos mientras la puerta de la habitación estaba abierta y la gente bailaba también en los pasillos, sin vernos. Me levanté para cerrarla e, íntimamente, me comentaste que querías que, allí, tendido, te esposara y te dominará, y, gustosa, pasé a satisfacer tus deseos en la realidad...

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